Ciertamente, nadie esperaba que pudiera suceder esta grave Pandemia, pero ¿estábamos realmente preparados para hacerle frente?
Me gustaría pensar que sí, que nuestro país podía hacer frente a esta situación, tal como afirmó nuestro Ministro de Sanidad el 30 de enero. Me gustaría pensar que España ha hecho todo lo posible por salvar las vidas de miles de españoles, en especial de aquella generación que luchó por nuestro derechos y libertades para que nuestras vidas fueran tal y como la conocíamos. Y ahora, para más inri, nos quejamos, lo que hace muestra del poco valor que le damos a la memoria, y el poco valor que le dábamos a las actividades esenciales en nuestra vida cotidiana; actividades que, con el ritmo frenético de nuestros ámbitos laborales, carreras continuas y variopintas preocupaciones, nos hacen perder la perspectiva, hacen que no nos diéramos cuenta el descuido permanente hacia nuestra auto protección
¿Estamos
obligados a realizar una pausa?, Quizás sea el momento adecuado para que
reflexionemos acerca de lo que nos conviene y fijar un objetivo a largo plazo,
darnos cuenta hacia donde queremos ir, y que hemos hecho mal durante tantos
años. En nuestra historia hemos
conseguido grandes logros, pero también hemos cometido grandes errores, y esto
nos ha servido como base de fundamental para prosperar hacia una sociedad mas
integrada, sin temores ni represalias con la libertad, alcanzado así un “Good
state”, mejorable quizás, pero nos ha dado la posibilidad de convivir
tranquilamente a millones de españoles.
En el siglo XVI, nuestra historia nos remonta hacia la picaresca española, siempre hemos sido grandes artesanos y productores, no ha faltado un ápice de ingenio para emprender con valentía. En dicho siglo, denominado con razón nuestro Siglo de Oro, fuimos la primera potencia mundial, a nivel político y militar, pero también artístico y cultural. Ya entonces, el sector al que correspondió mayor protagonismo dentro de la industria europea, sin lugar a dudas el textil, utilizando mayormente mucha mano de obra campesina.
Imagen. Industria Textil. S.XVI |
Capital, la utilización de materia prima, su proceso de transformación, costes producción, obtención de beneficios, y su distribución y comercialización creando una nueva sociedad llamada la burguesía
Hemos sido grandes productores para luego casualmente caer, dejando en manos de los demás países nuestra propia prosperidad económica, hechos cíclicos que se repiten a lo largo de la historia, lo que me lleva a pensar, que tal vez, vaya impregnado en nuestro propio ADN.
España es un país de recursos y capacidades; obviamente, hemos descuidado otra vez nuestra industrialización, siendo dependientes y poniendo de manifiesto nuestras debilidades. Quizás sea el momento de anticiparnos y definir una nueva estrategia de autoprotección, crear conciencia y estar preparados, es en estos tiempos de tribulación, una prioridad.
Debemos abandonar nuestra economía lineal para dar paso a una nueva etapa, en donde se priorice la inversión en I+D+i, y no como un distintivo bonito al que hacer referencia, sino como una parte fundamental económica , Quizás en estas claves se encuentren el cambio de modelo económico en el cual otros países nos han ganado en esta lucha para combatir este maldito virus.
Debemos destinar nuestros recursos y medios para fortalecer un nuevo concepto de modelo económico; los españoles podemos ser referentes y estar a la vanguardia de Europa sin que seamos vistos con la desconfianza que hoy generamos.
El 12 de junio de 1986 entro España a formar parte de la Comunidad Económica Europea (CEE). Por aquel entonces, teníamos un PIB a la altura de las mayores potencias mundiales, redujo deuda pública, tasa de desempleo del 24,45% al 15% y la inflación por debajo del 3%, convirtiéndonos en uno de los países con mejor calidad de vida del mundo.
Mas tarde, con el comienzo del nuevo siglo, teníamos una industria manufacturera del 27% como aportación al PIB, y en la actualidad nos encontramos al 11%, Es un dato muy llamativo de las dificultades que se tienen en España para producir, con altos costes que hacen que muchas empresas terminen por acortar su ciclo de vida, e incluso se vean abocadas a su desaparición mucho antes de su madurez.
También podemos señalar las inmensas dificultades en los tramites poco flexibles y en la desconfianza que genera ser emprendedor en España, si le sumamos la picaresca particular de producir fuera para ahorrar en mano de obra, la combinación es terriblemente negativa para los intereses de nuestro país, dejando un paradigma económico muy débil con respecto a países de nuestro entorno. No hemos aprovechado la situación, y solo acudimos a la U.E para pedir deuda, cuando debería ser parte de nuestro inversor en lugar de nuestro prestamista
En definitiva, tenemos que priorizar salvaguardar nuestro turismo, en primera instancia como sector clave como aportación al PIB Español en la actualidad ,así como mejorar las condiciones de la agricultura, sector importante para nosotros, pero sobre todo, que esta situación nos sirva para aprender a sacar lo mejor de nosotros mismos que demos un paso al frente, seamos valientes y aprendamos a ver una nueva oportunidad para generar un cambio de modelo “ Reindustrialización ” donde seamos más fuertes, donde estemos preparados para para plantar cara a posibles pandemias y demás hecatombes o catástrofes.
Que
apostemos por la innovación, ciencia, tecnología, I+D+i, Energías Renovables, Reciclaje,
Medioambiente, economía verde, sostenibilidad, economía circular...
Un punto de inflexión que puede marcar el devenir de nuestra calidad de vida en un futuro, bien merece consensuar con esfuerzo, mediante un plan estratégico, en el que podamos adaptarnos con rapidez a los cambios, que se generen futuras reacciones adecuadas ante adversas circunstancias excepcionales, donde nuestras empresas puedan tener un papel relevante pudiéndose optimizar nuestros recursos, olvidando está crisis de las carencias y de las debilidades y recuperando nuestra vieja esencia de grandes productores.